Uno de los problemas que siempre me encontré en la enseñanza de programación y computación es alto nivel de abstracción que requieren para los que recién comienzan. La curva de aprendizaje suele ser muy empinada al principio hasta poder manejar un nivel básico de términos y saber donde está parado uno: usando un entorno, con librerias, en un lenguaje, que ejecuta dentro de una máquina. Esta confusión suele llevar a que muchos artistas abandonen la programación de manera temprana.
Durante el gran encierro del 2020 nos propusimos junto a Pluscode crear un espacio de taller virtual de programación, sin computadoras. Revisando ideas del diseño condicional; a artistas como Sol Lewitt y Vera Molnar; aprendiendo a contar en binario y entendiendo cómo funcionan las puertas lógicas, sentamos las bases para entender cómo concebir y organizar instrucciones que generen una obra de arte.
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